Estamos apostados tras el forzoso cuadro de nuestras crencias, miedos y emociones. Escondidos y extraños habitantes de nuestra subjetividad que gradualmente se abre al mundo. Es entonces cuando descubirmos otro cuadro, fértil y laberíntico como la palabra y la voz misma, es el cuadro de la vida y la muerte espoleado con el ojo de la literatura y el arte. ESTE ES mi rincón, bienvenidas sean todas las salamandras.